Su extremada fiabilidad ha acompañado las conquistas más extraordinarias. Pero también las más nobles. Algunas fueron una hazaña efímera. Otras, hazañas de toda una vida…

Gracias a su prodigiosa constancia, los relojes Zenith han estado presentes en los momentos más importantes de la humanidad. Han abierto los caminos del cielo y los de la libertad, acompañando a hombres y mujeres que se atrevían a creer en sus sueños. Descubridores, pioneros, viajeros o guías espirituales creyeron un día en su buena estrella junto a sus relojes. Porque también estos eran quizás el fruto de reflexiones visionarias.

Esta es la historia de cómo, a comienzos del siglo XX, los primeros relojes despertador de bolsillo Zenith se convertirían en auténticos trotamundos. Esta es la historia de cómo uno de ellos se convertiría en uno de los pocos objetos materiales apreciados por uno de los mayores maestros espirituales de nuestra era: el Mahatma Gandhi.

A partir de 1915, la Manufactura Zenith adquirió relevancia por elaborar relojes de bolsillo muy fiables, precisos y de pequeño tamaño que resultaban adecuados para acompañar a los viajeros en sus periplos. Se trataba de satisfacer las demandas de un mercado cada vez más seducido por las innovaciones, combinando calidad y comodidad para afrontar las dificultades que entrañaban los largos viajes de negocios o de turismo.

La función de alarma es todavía una de las complicaciones relojeras más apreciadas, ya que permite a su usuario relajarse y descansar tranquilamente sin preocuparse de si se queda dormido. Esta función, eminentemente práctica, también resulta muy útil porque el reloj es muy cómodo de llevar hasta los lugares más lejanos, por tierra, mar o aire. Es un compañero de viaje siempre presto a la aventura.

Zenith, pionera por naturaleza, registró su primera patente en 1913. Esta patente consistía en un reloj muy sofisticado que permitía configurar la hora de la alarma mediante un mecanismo especial. Este primer hito sentó las bases de las diversas versiones de reloj de bolsillo creadas en 1915, con caja de oro, plata, acero ennegrecido o metal blanco. Estos relojes de bolsillo demostraron ser muy funcionales, ya que, además de la función de alarma, la caja posee una tapa con una bisagra, situada a las 12 que, una vez abierta, sirve como base o soporte del reloj y hace más audible el sonido de la alarma. Este sonido se consigue por medio de un martillo que golpea el timbre, que es independiente del centro de la caja.

Con este modelo, Zenith ofrece un reloj despertador ni más grueso ni más voluminoso que un reloj de bolsillo convencional. La corona, de doble función, permite dar cuerda al reloj girándola en el sentido de las agujas del reloj. Al accionarse en el sentido opuesto, carga el mecanismo que golpea el timbre. El centro de la caja posee unos pulsadores de ajuste situados a los lados de la corona. El pulsador de la derecha sirve para cambiar la hora, y el de la izquierda para cambiar la alarma, que se indica en un contador situado a las 12 horas.

Esta versión de esfera incorpora números arábigos luminiscentes. El segundero se encuentra en su posición tradicional, a las 6 horas, como en la mayoría de los relojes de bolsillo. De esta manera, la esfera permanece despejada y el usuario puede ver siempre la hora sin ninguna dificultad. El diseño de este reloj despertador pretende ser discreto y auténtico, garantizando una lectura cómoda de la hora independientemente del uso que le dé el propietario, en cualquier lugar y en cualquier situación.

Una alarma legendaria

El comienzo del siglo XX dio el pistoletazo de salida a la expansión internacional de Zenith. La India no fue una excepción en el despliegue de la marca desde su sede de Le Locle, la cual, gracias a su filial de Londres -la Zenith Watch Co.- pudo exportar sus relojes, de 1914 en adelante, a lugares tan remotos como la India. El nuevo reloj despertador de bolsillo hizo su debut en 1916 en los anuncios de los periódicos indios. Indira Nehru, Primera Ministra de la India de 1966 a 1977, obsequió a su amigo Mahatma Gandhi con una versión de este reloj hecha de plata de ley.

Gandhi, que apreciaba las virtudes de la puntualidad y la precisión, sobre todo en las plegarias, usaba a diario su Zenith y su función de alarma. Por desgracia, alguien se lo robó durante un viaje en tren a Kampur. Triste por la pérdida de uno de los pocos objetos materiales que llevaba consigo todos los días y que marcaba el ritmo de su vida cotidiana, escribió lo siguiente, un par de días más tarde, el 28 de mayo de 1947, en una de sus notas: “Añadiría que tenía un disco de radio… y también un dispositivo de despertador. Era un regalo que me hicieron y que, en ese momento, costaba más de 40/-. Era un reloj Zenith”1.

Seis meses después en Nueva Delhi, el ladrón, consumido por los remordimientos al enterarse de la pena que había causado al Mahatma la pérdida de su reloj, pidió que Gandhi le recibiera para devolverle el objeto robado y suplicar su perdón. La historia de este modelo de reloj continuó muchos años, puesto que, antes de fallecer, Gandhi legó el reloj a su nieta y asistente, Abha Gandhi, para más tarde pasar a manos de coleccionistas privados.

Este excepcional modelo ha seguido un destino bastante inhabitual, puesto que en marzo de 2009 la casa de subastas Antiquorum ofreció un lote compuesto por las famosas gafas redondas de Gandhi, además de un cuenco y un plato, un reloj despertador y unas sandalias de piel que le pertenecieron2. Estos objetos, todos ellos fieles compañeros de Mahatma Gandhi, se vendieron por una suma récord de 1,8 millones de dólares al multimillonario indio Vijay Mallya, hecho que permitió que estas pertenencias regresaran a su país de origen.

La Manufactura Zenith, fundada en 1865 en Le Locle por el relojero visionario Georges Favre-Jacot, fue rápidamente reconocida por la precisión de sus cronómetros, que le han valido 2.333 premios de cronometría en un siglo y medio de existencia: un récord absoluto en la categoría de relojes de bolsillo, marinos y de pulsera.

La Manufactura Zenith logró su fama gracias al mítico calibre El Primero, un cronógrafo automático integrado con rueda de pilares lanzado en 1969 y cuya elevada frecuencia (36.000 alternancias por hora) garantiza una precisión de una décima de segundo en las fracciones de tiempo cortas. Desde entonces, la marca de la estrella ha realizado más de 600 variaciones de movimientos. Todos los relojes Zenith cuentan con un movimiento fabricado por Zenith y son diseñados y producidos en su totalidad por la Manufactura de Le Locle. Hoy en día esta Manufactura continúa estando situada en el mismo lugar donde su fundador construyó el primer taller, algo muy poco habitual.

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